Análisis de “El otro” de Jorge Luis Borges


“El otro” es el primero de los cuentos que están en  “El libro de arena”, que Jorge Luis Borges publicó en 1975. En él narra un acontecimiento que le tiene angustiado: estando él en Cambridge, en febrero de 1969, encontró sentado en un banco a un joven a quien reconoció como a él mismo, que aseguraba encontrarse en Ginebra, en 1918.

Sobre estos dos personajes, el narrador (el Borges mayor) y “el otro” (el Borges joven), se construye la narración. Ambos se encuentran a orillas de un rio —que los une y los separa— el Borges mayor está al lado del rio Charles, mientras que el joven está al lado del Ródano. El Borges mayor intenta convencer al joven de que ambos son la misma persona, aunque estén separados por medio siglo de vida. Para demostrárselo, le cuenta intimidades que sólo uno mismo puede saber y a continuación le explica lo que le acontecerá en su vida y en el mundo en los años futuros. El joven, por su parte, pretende convencerse de que este encuentro no es más que un sueño; expone sus ideas sobre la literatura y la sociedad, que corresponden a las que Borges tuvo en la juventud y de las que tanto se alejó.

Una de las características que primero llama la atención de la historia es la insistencia del narrador en afirmar la veracidad de su relato fantástico.La creación de una ficción para explicar experiencias autobiográficas es una técnica habitual, especialmente en Borges, que puede incluso servir para dar mayor verosimilitud a lo contado.Sin embargo, el juego de Borges en “El otro” consiste en crear repetidamente en el lector la expectativa de que podrá dar una explicación lógica de lo sobrenatural; entender que el encuentro ha sido simplemente un sueño o una ficción que ha permitido al escritor reencontrarse consigo mismo. Pero una y otra vez el narrador se lo impide. Continuamente se mezclan de forma ambigua elementos lógicos con interpretaciones oníricas.

Por ahí en el relato menciona uno de los Borges que los dólares ya no tienen fecha después de un determinado año sin embargo eso no es cierto, de esa manera sigue jugando con el lector como lo hace en sus otros cuentos. En efecto, se puede notar que repetidamente se entrecruzan elementos de la realidad (como las referencias autobiográficas y los cambios ideológicos del protagonista) en un contexto absolutamente fantástico que tiene como objetivo crear perplejidad en el lector. El Borges viejo hace su biografía y deja ver su idea de la evolución de la historia y de la política. Se puede ver también como Borges pinta en “El otro” a ese muchacho idealista y arrogante que fue en su etapa formativa que empezó en Ginebra y que eclosiona a continuación en España. Pienso que ya al final del cuento el propio Borges parece aceptar la idea del sueño aunque sea interpretando toda la vida como un sueño, como la evocación de un recuerdo porque cuando las personas recuerdan su vida se encuentran con ellas mismas y se dan cuenta por qué son como son, qué es lo que los ha formado.

Ivette Vega


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